Las leyes de la naturaleza rigen los pasos de todos los seres que vivimos en la tierra, ir contra ellas es alterarla y desequilibrarla. Por lo tanto, producir alimentos que ponen en peligro nuestra salud y sufrir las consecuencias ocasionadas por fenómenos contrarios a nuestra existencia, es degradar nuestro ecosistema. Leer este libro es remontarnos al pasado para estar en el presente. Los campesinos siempre respetaron las leyes naturales para la producción por medio de sus más poderosas herramientas: los conocimientos adquiridos a través del tiempo y su constancia en esa sabiduría. Este libro nos viene a recordar el sabor milenario de la agricultura.